22 de mayo de 2008

Errores típicos en el ajedrez

Todo el mundo comete errores.

Los principiantes, los jugadores expertos, los maestros y aun los grandes maestros.
Pero hay muchas clases de errores. En el caso de un maestro se trata las más de las veces de
inexactitudes que, consideradas en sí mismas, no llegan a acarrear consecuencias catastróficas.
En cambio, en las partidas jugadas por principiantes suelen cometerse errores de un calibre
tal que cada uno de ellos bastaría para decidir inmediatamente el resultado de la contienda, pero
el adversario no los aprovecha y la partida continúa.
Por supuesto, tales casos desafortunados se dan a veces también en partidas de jugadores
fuertes. Son casos sorprendentes pero casos al fin.

Uno de los errores más comunes, cuando te olvidas una pieza, e internamente pensas "como no me la vi??? "

¡Cuántas veces hemos oído esta frase y cuántas también ha salido de labios de ajedrecistas de todas las categorías! Aparentemente el recuerdo mismo de una partida perdida por un grave descuido provoca la repetición de un error semejante en la siguiente. Pero no hay tal. En la mayoría de los casos la pieza olvidada es una situada lejos del sector en que se desarrolla el fuego más vivo de la batalla. El jugador que ataca en el flanco de rey concentra naturalmente su atención en las piezas que toman parte directa en las amenazas y en las repercusiones de éstas. En cambio, parece como si se esfumaran de la mente esas otras piezas que contemplan pasivas los acontecimientos desde el otro lado del tablero, y a veces llegan a olvidarse por completo.
Entonces es cuando puede perderse la partida por un simple ólvido.

Otro error común es subestimar la séptima fila.

El dominio absoluto de la séptima fila (segunda del adversario) garantiza generalmente una superioridad decisiva. El dominio de la penúltima' fila es asimismo de enorme importan cia en posiciones con poco número de piezas.

Error en los finales "Los peones que están más avanzados de tu adversario"

Menospreciar la importancia de un peón pasado lejano constituye uno de los errores más frecuentes en los finales. Por otra parte, la mera existencia de dicho peón en un bando, siendo iguales todas las demás circunstancias, es en general suficiente para asegurar al bando en cuestión una ventaja decisiva. El avance de este peón pasado (o la amenaza de avanzarlo) permite distraer las piezas del adversario, con lo que se hace posible invadir el campo enemigo con nuestras propias piezas. El peón pasado lejano tiene especialísima importancia en los finales de peones solos.

Ante la gran cantidad de SPAM en los comentarios, hemos registringido los mismos solo a usuarios registrados.
Lamentamos los inconvientes.
Atte Blogmaster Mau84